Muchas y variadas tablas; En eventos que lo requieran, salvan y aportan el punto justo que se necesita.
A veces, lo más destacado, se encuentra en lo más simple. Y en esta ocasión queremos traer a la mesa (y nunca mejor dicho) un elemento muy socorrido, sobre todo, para eventos o procesos breves de evento como pueda ser un aperitivo o un cóctel: las tablas. Dejándonos de rodeos nos referimos a las tablas de alimentos.
Nosotros somos muy fan de las mesas temáticas y solemos recurrir bastante a las mesas de quesos, pues una tabla es como una mini-mesa y mezclando más ingrediente. Un punto muy positivo de estás es que aportan color y frescor a una mesa y pese a ser desenfadas, depende del tipo y la calidad de producto con los que la crees lo que la hará subir de nivel al punto wow.
La base, una tabla, de madera, normalmente rectangular para que se posicione bien en la mesa. Decimos de madera, pero puede ser de cualquier otro material que sea cómodo, práctico, acorde con los alimentos que se presentan y bonito.
Y el resto es imaginación para recrear una conjunción de sabores: queso (español, francés, belga…); fruta (uva, melocotón, piña, kiwi, manzana) apostamos por fruta del tiempo, que más sabrosa estará; embutido (lomo, salchichón, jamón serrano) y verdura cruda (zanahoria, apio). Es preferible procurar que todos los alimentos sean de primera calidad ya que se trata de un aperitivo, pero para un evento.
No se puede pasar, es sí, el acompañante por excelencia: el pan. Un pan de pueblo, de horno casero, de espelta o de chía. Hoy en día ya no solo es la típica barra de pan de siempre. Y todo detalle, cuenta.
Un apunte que aconsejamos, y lo que, por supuesto también se hace con un menú de mesa, es preguntar las intolerancias alimenticias de los asistentes, para evitar esos productos y sustituirlos por otros.
¿Qué os parecen las tablas?