Si hay existe un ritual gastronómico genuino en España, ese es el irse de tapas. Las tapas forman parte de nuestra historia y es una costumbre que solo existe en España. Se especula, sobre el origen de las tapas, que se llaman así porque en algún momento de nuestra historia, las posadas y mesones servían los vasos de vino tapados con algo para comer, como una loncha de jamón, pues de este modo, se evitaba que el alcohol subiera demasiado al comensal y por otra parte, no entraba ningún insecto en la bebida.
El origen de las tapas es muy antiguo, Cervantes y Quevedo ya las mencionaban en sus escritos. Las tapas han ido evolucionando a lo largo de su historia, las hay más clásicas y más elaboradas y su composición depende mucho de la hora del día a la que se sirvan y la bebida a la que acompañen. El vermut del mediodía, por ejemplo, se toma con berberechos, pero si por la noche nos vamos de vinos, las tapas serán un poco más consistentes, por lo general consistirán en guisos o frituras. Las tapas también se han ido modernizando y se han introducido en espacios de alta gastronomía, que las preparan siguiendo las últimas técnicas y tendencias en cocina, muchos sitios incluso fusionan elementos de distintas culturas gastronómicas para la creación de tapas de autor que se salgan de las tradicionales patatas bravas, albóndigas o pincho de tortilla.
Una de las características diferenciadoras de Quinta Lacy es su apuesta gastronómica. Ofrecemos servicios de cóctel adaptados y ofreciendo una imagen sofisticada, pero empleando los productos y el buen hacer tradicionales en la cocina. En nuestros espacios de cóctel nosotros también ofrecemos tapas, pero siempre innovando y creando bocados tan complacientes en lo estético como en el paladar. Y es que las tapas ya no solo se comen en bares, sino que también tienen un hueco en las grandes celebraciones.