Es una influencer, es italiana y se ha casado hace una semana. Y aunque no supieras quien era, ni a qué se dedica, ni que tiene casi 15 millones de followers en Instagram, ni nada de nada sobre ella, SEGURO seguritito que ha llegado a ti alguna información sobre su gran día. Principalmente porque la audiencia total en social media de la boda de Chiara Ferragni generó un impacto valorado en 36 millones de dólares. Cifra que sube si lo convertimos a euros… .
Bueno, millones e influencer aparte, la boda fue realizada con mucho gusto y nosotros tenemos el ojo puesto en todo lo que pueda ser potencialmente una buena idea. Con esto nos gustaría mencionar y destacar ciertos aspectos de todo lo que fue, porque también pueden estar en vuestra boda si así lo deseáis.
Todo comenzó el 31 de agosto en Sicilia con su cena de ensayo; ella no es estadounidense, pero reside allí desde hace años, por lo que tiene muchas tradiciones adquiridas. Ya os hemos hablado en alguna ocasión que en materia de fiestas, los de Norte América son los capos y las buenas tradiciones hay que cogerlas. La influencer y el rapero, ya marido y mujer, se decantaron por celebrarlo en el Palazzio Nicolaci, una de las construcciones más emblemáticas de Noto.
La decoración fue exquisitamente elaborada con el color de la pasión y la luz, las sillas, los sillones y las rosas del mesero engalanaban el lugar con una tonalidad de rojo; grandes candelabros de pie, luces que emulaban velas en la mesa y pétalos rojos en el techo. La zona chill out y la zona de baile no faltaron, así como tampoco el detalle en las servilletas el eslogan y hastag en Instagram “The Ferragnez” creado a partir de los apellidos de la pareja.
El día 1 de septiembre fue la celebración de la boda, la cual tuvo lugar ya entrada la tarde con convite de noche. Y la decoración fue en materia de color todo lo opuesto, la pureza del color blanco y la ternura del rosa palo inundaban el lugar de romanticismo. El Palacio Ducezio, que es dónde se celebraría la boda civil, estaba decorado con flores blancas como Dalias y Paniculata y guirnaldas de rosas rosa que caían desde los árboles. Algo que nos encantó fueron los fuegos artificiales de colores que estallaron justo después del “Si, quiero”.
El convite era todo un sueño… era un lugar realizado en luces led estilo cortina, una cueva de luces, las cuales no quedaban excesivas ni mucho menos; entraron en el salón al ritmo de “a sky full of stars” de Coldplay (porque todos los cabos estaban atados) las sillas doradas y los meseros de pie y meseros cortos con rosas blancas y rosas rodeados de enredaderas verdes, con el pequeño detalle de que una rosa blanca estaba situada encima de la servilleta con el eslogan “The Ferragnez”.
El después del convite: un parque de atracciones, con su noria, su tiovivo y sus máquinas de jugar a coger a Chiara y a Fede en versión muñeco.
Es lo que se le puede llamar una gran boda y de la cual, con permiso, tendremos inspiración para las siguientes.
¿Qué os parece a vosotros?