Ninguna boda es igual a otra, en nada. Cada pareja de novios tiene un enfoque completamente diferente de cómo quiere que sea su día soñado y es aquí donde Quinta Lacy tiene su máxima expresión, porque cualquier cosa que imagines tiene cabida en este lugar. Tienes un espacio totalmente vacío y diáfano para que lo montéis y decoréis a vuestro gusto.
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El tema de la decoración es algo muy especial y son millones las ideas que se pueden llevar a cabo. Es en esta parte donde realmente se plasma la esencia de los novios, porque la boda será una representación de su personalidad. Siendo así, podéis elegir un motivo alrededor del cual gire todo el decorado o ir sumando un poquito por aquí y un poquito por allá y será en los (pequeños) detalles donde se encuentre la diferencia.
Ahora que estamos cara al invierno y a la navidad, se está introduciendo una tendencia muy burbuja Freixenet (muy mágica digamos) que es la del glitter o para dejarnos un poco de anglicismos, lo que llamamos aquí la purpurina o la brillantina. No solo es una cosa de niños, con la que si se nos iba de las manos podíamos estar brillando durante más de una semana. Te podemos asegurar que, aplicada en su justa medida, le aporta un diseño elegante y sofisticado a la par que divertido. Cómo hemos dicho, en pequeños detalles está la diferencia: en la mantelería; en las tarjetas que indican el nombre y la mesa; en las minutas; un poquito en las flores de los centros de mesa; incluso en la decoración de los postres o los dulces, ya que hay purpurina comestible. La puedes encontrar en diferentes colores, dependiendo del motivo de la fiesta optaréis por utilizar una más dorada, más roja o porque no, más azul.
¿Os atrevéis con el toque glitter en vuestra boda?
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