Antes de entrar de lleno en la pista de baile con todos tus invitados, hay un momento previo que vale mucho el recuerdo: el momento del vals. Si al pensarlo empieza a erizársete la piel te avanzamos una de las claves mágicas que tendrás que recordar durante todo el proceso de preparación, celebración y rememoración de una boda y es que los nervios no formarán parte de ti, porque lo tendremos todo bajo control (tanto vosotros como nosotros) para que todo salga según lo ideado; lo que sí sentirás es la chispa de la emoción recorrer todo tu cuerpo por querer vivir al máximo este día.
¡Dicho esto! Volvemos a conectar con el momento del vals.
-Normalmente, tiene lugar después del banquete, una vez la gente ha terminado los postres y está con el café y las infusiones, es aquí cuando empieza a sonar la música. No te preocupes porque todos se percatarán de lo que está sucediendo y estarán atentos a vosotros, pero sin convertirse en críticos de baile; se trata de que disfrutéis, no de que estéis pendientes de si me he equivocado de paso y era a la derecha en vez de a la izquierda. Con una sonrisa todo se arregla y la contagiarás al resto de invitados.
Algunas parejas también nos sorprenden justo a la entrada, cuando todos los comensales les están esperando y se marcan un baile breve y divertido.
-Es el primer baile juntos como marido y mujer. Y lo mejor es que también es un momento padre-hija o madre-hijo (¿Por qué no?), hay tiempo para los tres encuentros. El vals es un tipo de baile que requiere un poquito de práctica porque sus pasos son muy marcados y van estrictamente al son de la música (1,2,3-1,2,3), si seguirlo te parece un poco calvario modifícalo a tu gusto y escoge otra ristra de canciones con las que os sentáis más identificados.
¿Has visto ya el baile de este padre e hija? Pues si no lo has visto te pueden dar mucha inspiración.
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Hicieron sus primeros pasos de vals y cumplieron con lo establecido por unos segundos, pero es evidente que se les da mejor un baile propio.