Uno de los aspectos que más preocupa a las parejas y que más relevancia tiene en la preparación de una boda, es el de la comida. No podemos cuestionar que dar de comer a los invitados se pone como número dos en la lista, después del propio enlace en sí, pues, al fin y al cabo, una celebración se enfoca, especialmente en una comida o una cena en común.
Más habitual en los convites, son los menús establecidos por los novios en los que se sirven unos aperitivos, unos entrantes, un principal a elegir entre carne o pescado y un postre ya sea preparado por el restaurante o por un catering. En Quinta Lacy, por ejemplo, siempre hemos contado con suculentos menús adaptados a todos los gustos y bolsillos, con opción a que sean customizados por nuestros novios si así lo quisieran. Para esta temporada, además, contamos con nuevos y renovados menús, que os animamos fuertemente a que no os perdáis.
Pero, por otra parte, sin embargo, existen otras opciones no menos interesantes para tener en cuenta en un día tan importante.
¿Por qué no plantear un buffet?
Resultan muy interesantes y divertidos, pues de esta forma, los invitados estarán entretenidos y activos buscando y preguntándose qué delicioso plato toca probar. Los buffets permiten también, innovar con la comida y los estilos culinarios. Por ejemplo, pueden organizarse ambientes diferenciados por culturas gastronómicas. Una zona dedicada a Japón con shushi, otra zona dedicada a España con distintos arroces, otra dedicada a México con nachos… O también dedicados a diferentes regiones de nuestro país, con una zona gallega, otra valenciana etc.
Una forma muy atractiva de innovar en nuevas ideas y con la que se pueden descubrir incluso, nuevos sabores y nuevos platos.
Además de que, bien hecho, es indudablemente un recurso muy elegante a la par que divertido.