Las bodas, desde sus orígenes, han pecado siempre de un protocolo muy estandarizado en el que la velada se dividía en momentos tales como la aparición de los novios, los regalos por parte de los recién casados a los invitados, el momento tarta y el baile de la pareja para inaugurar la fiesta. Y no está nada mal seguir practicando esta tradicional forma de celebrar un enlace ¡qué va!, pero sí debemos de agradecer que novios más creativos y con ganas de sorprender a sus invitados, rompieran barreras y se atrevieran a personalizar el día de su boda a su gusto. ¿Qué es eso de hacer cosas por obligación un día como ese?
Y con esta premisa, auténticas maravillas, unas más divertidas, otras más románticas, otras más salvajes…, se han celebrado y se han instaurado como posibilidad para inspirar a otras futuras parejas.
Nada del típico vals, una canción de rap escrita por los novios. Nada de esperar a que salgan los novios para lanzarles el arroz, ¡los novios han salido los primeros! y… ¿Tarta nupcial? ¡Ya veremos!
Y es que cada vez surgen más ideas originales sobre ese característico momento.
Si no os apetece renunciar a la tarda de bodas, hoy en día podéis incluso, darle más relevancia de la que ya tenía en su aparición estelar. Con las maravillas que se hacen en repostería, ¿por qué no tenerla presente durante todo el banquete? En un espacio decorado a vuestro gusto, el delicioso dulce nupcial puede permanecer a la vista de todos los invitados desde el inicio del convite cual escultura artística. Y es que es una pena que con lo bonitas que son, sean solo protagonistas durante unos minutos. Siempre y cuando, claro está, las características de este manjar lo permitan.
Otra idea interesante, es convertir esa tarta en una torre formada por dulces al gusto de todos. Por ejemplo, una torre de deliciosos donuts, macarons, cupcakes… Así los invitados podrán coger y escoger entre una o más raciones y calmar su deseo dulce.
Y si la tarta nupcial no entra en vuestros planes, siempre se puede optar por increíbles mesas dulces o por un exquisito postre final para todos los asistentes y los recién casados.
Entonces… ¿con tarta o sin tarta? ¿Qué preferís?