Dejar las grandes celebraciones de los cumpleaños para un año significativo como puede ser los 18 (los 15 y 16 en América), los 30, los 50 o ya a partir de los 65 está súper. Pero ¿Por qué hay que esperar tanto? ¿Por qué tiene que ser el número redondo para preparar una fiesta que no olvide el último poro de tu piel?
A lo largo del año puede que no haya tantas ocasiones que den lugar a una fiesta, no se debería dejar pasar la que se lo merece sí o sí, porque es un año más de vida, un año más de experiencias, 356 días buenos y 9 no tan buenos de los que aprendimos. Y nos ponemos más cursis, moñas y emocionados si cabe (muy a nuestro estilo), hay mucha gente que elude el gran acto del cumpleaños que es el de soplar las velas y nos negamos a que eso suceda. Gritamos a los 4 vientos que: el día de los cumpleaños, sea donde sea y como sea, HAY QUE SOPLAR LAS VELAS Y PEDIR EL DESEO.
Recomendamos 100% fiestas temáticas para los más atrevidos que no por ser temáticas no pueden ser elegantes.
Para aquellos que cumplen en verano, aprovechar los jardines de Quinta Lacy es una gran idea. Por la noche o por el día; organizar un gran menú en la zona central con banquetas y pequeñas mesas alrededor y que cada uno se sirva a gusto sin dejar de hablar, bailar beber y disfrutar de un ambiente distendido. Alargarlo hasta que el sol se ponga y crear una reunión la mar de bonita con todos los presentes al tardecer. Y para que sea aún más grande, cena tranquila al anochecer.
Para los que cumplen en invierno, macro fiesta en los salones. En diciembre blanco nevado y en febrero carnaval.
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